DELACUEVA canta “qué le jodan a lo que piense la gente” en su nuevo single, "Así Bailaban Los Muertos".

El cantante zaragozano DELACUEVA lanza Así Bailaban Los Muertos, una canción luminosa que invita a vivir con sinceridad, sin miedo al juicio de los demás. Un tema que, lejos de lo fúnebre que podría sugerir su título, es un canto vitalista lleno de esperanza y honestidad.

La propuesta se presenta como un himno a la libertad personal y a la superación del miedo al “qué dirán”, con una mirada madura, optimista y profundamente humana.

Así Bailaban Los Muertos es una reivindicación de la vida más genuina, con enfoque inspirador: los muertos, liberados de las expectativas sociales, son quienes bailan sin miedo, y nosotros, los vivos, debemos honrarles y aprender de ellos.

La canción invita a desprenderse del juicio ajeno y a vivir con una alegría honesta, no impostada. Un “que le jodan a lo que piense la gente” convertido en un lema directo y emocional. Una llamada a ser fiel a uno mismo, sin concesiones, desde el afecto y la autenticidad.

Aunque el zaragozano nos tiene acostumbrados a las referencias a cultura pop en la narrativa del universo de sus letras, en esta canción lo que encontraremos son numerosos guiños sonoros en la producción e instrumentación. Estos nos transportarán a grandes referentes del cantante como Peter Gabriel, Tom Petty, The 1975 o Coldplay.

Musicalmente, el tema se asienta sobre una base de guitarras acústicas, 12 cuerdas y mandolinas, además de arreglos orquestales, para aportar una profundidad y textura diferentes a las que nos tiene acostumbrados. Una nueva faceta dentro de su pop de guitarras.

Dirigido por Vanilla Bloom, responsables de todo el imaginario visual del cantante, el videoclip esta está rodado en blanco y negro y en plano secuencia, buscando una elegancia y sobriedad alineadas al mensaje de la canción. Una vez más, el zaragozano y el equipo creativo apuestan por una narrativa cuidada, íntima y profundamente simbólica.

El vídeo comienza en el punto más alto del tejado de una azotea y, a medida que desciende, interactúa, canta, baila, hasta que, finalmente, termina reunido con su banda. De fondo, las luces de la ciudad —los coches, las ventanas, las vidas— forman un tapiz luminoso. Cada luz representa una historia, una existencia, un motivo para celebrar la vida. Una coreografía natural con el paisaje urbano como telón, que cierra el círculo del mensaje: vivir con libertad, sin miedo, como si cada noche fuera la última y cada canción, la primera.

A la producción ha estado Noel Campillo, a las mezclas Diego García y en el mastering Victor García. Acompañan a Manuel: Jorge Portillo (guitarras), Carlos Montull (bajo) y Dani Katena (batería).